Ahí radica la magia y la productividad del grano de oro.
Cuando pedimos un café de rutina pocas veces nos detenemos a pensar en todo el proceso que conllevó esa taza, la siembra, la recolección, el despulpado, la fermentación o el secado, sencillamente es un hábito que muchas veces cumple en nuestro organismo la dosis diaria para mantenernos concentrados en medio de las ocupaciones.
Si es un café puro, sin endulzante, muy de moda especialmente para quienes atravesamos los 30´s y en adelante, quizá podamos identificar algunas notas o sabores ácidos, duces, cítricos, florales, amaderados o achocolatados en esa fugaz taza; o tal vez ya nos parezca común y todos los cafés nos sepan igual.
Pero, si un día cualquiera le prestamos atención a ese café que consumimos a diario descubriremos que jamás sabe igual que el del día anterior, ese líquido final es el resultado de un arduo proceso de producción y en muchos casos de una cuidadosa preparación, si algo en esa cadena falla, cambia o se altera, el resultado será un sabor distinto.
La magia se hace presente en cada etapa del proceso, la planta de café _ independientemente del tipo o la variedad_ adquiere del suelo propiedades específicas que detonan en sabores y aromas, es como una esponja que absorbe características de todo lo que está a su alrededor. El café que tomaste esta mañana posiblemente haya estado impregnado de montaña, de jardines, de cultivos como el de la caña de azúcar, de frutales y esto la hace distinta.
La preparación tiene todo que ver, los gramos que se dispongan para cada taza, si está recién molido, si se trata de una molienda gruesa, media o fina, la cantidad de agua, la presión que se aplique antes de llevar esa muestra a la máquina, el tiempo que permanezca bajo el calor, si se sobreexpuso, todo lo anterior desencadena en el sabor y por ello el café tiene una fuente inagotable de recursos explorados y por explorar.
En el afán de preparar o de consumir el café pasamos por alto el potencial de este grano mágico que se produce en las regiones más recónditas del país y que merece acompañar de manera consciente nuestras pausas activas en el día a día.
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